El 1 de enero de 2003 estaba dando un paseo con mi padre por el muelle de Viavelez y de repente vi una foca en el agua, y grite "Papá, mira una foca", y mi padre, como siempre un incrédulo, me contestó " Que va a ser una foca, aquí no existen", y cuando salió del agua pudimos ver claramente que, ERA UNA FOCA. Fuimos por todo el pueblo avisando a mis amigos de lo que había descubierto, casi todos estaban dormidos porque era el día de Año nuevo y se habían acostado muy tarde; Marta quería ir en bañador y lanzarle una pelota a la foca y bañarse con ella ¡ con el frio que hacía¡, menos mal que su madre no le dejo, porque sinó se habría congelado. Los días siguientes le dabamos de comer a la foca, mi padre o la madre de Marta compraban sardinas en la pescadería y se las dabamos de una en una a Manolín; una vez al darsela, estornudó y un moco quedó en mi pantalón ¡ que asco¡. Estuvo en Viavelez dos meses hasta que se fué a Luarca y se quedó enrededado en unas redes y se ahogó. Sentimos mucha pena.
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