viernes, 11 de abril de 2008

ATLANTIDA 3

Una mañana, al despertarse, Lant se dió cuenta de que algo brillaba en su habitación; y ese algo era él, ¿cómo era posible que emitiera ese resplandor?, bueno, eso ya se lo preguntaría a su padre más tarde; se fijó en el calendario, era lunes 10 de mayo; el sábado debería estar en La Taberna de Villamarín, pero antes debería averiguar donde estaba Villamarín; antes de desayunar, se dirigió al salón y buscó un atlas en la estantería; al final encontró un polvoriento y viejo libro que describía el emplazamiento del pueblo y decía algunas cosas sobre él; pero lo que más le extraño fue que decía que era un pueblo encantado, al parecer, desde que se hundió la Atlántida, ¿qué clase de encantamiento tendría?
-¡¡¡¡Lant!!!! ¿Donde estás? Ven a desayunar-dijo su madre, Faina.
-Ya voy, mamá- dijo Lant.
Después de un suculento desayuno de huevos con bacon, zumo de naranja y tostadas con colacao, Lant le preguntó a su padre:
-Papá, ¿Tengo poderes ocultos?
-¿Porqué lo preguntas, hijo?- dijo Agellid.
- Porque esta mañana, al despertarme, relucía-dijo Lant.
- No lo sé, hijo, es la primera vez que oigo hablar de algo así; me estás comenzando a preocupar-dijo su padre.
No ocurrió nada más hasta el día antes de partir; esa noche, antes de la cena, Lant le enseño la carta de Artemi a su padre, y le preguntó que si podía ir. Su padre, le dijo que Artemí era un viejo amigo suyo, y que si le dejaba ir, que confiaba totalmente en su amigo.
CONTINUARA

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